Diva: Riesgo #PepaySilvia #LHDP

Y este capítulo va porque me lo pidieron y porque mi musa ha regresado….


Capítulo Treinta y Siete: Riesgo

Diva_C37_Riesgofn

 

Andrés Cañizares estaba desesperado. Había estado intentando comunicarse con su hacía más de media hora pero Pepa no contestaba a sus llamadas. Necesitaba hablar con ella con urgencia porque había recibido una llamada de Alfonso Goic contándole que tenía una propuesta de trabajo millonario con un sponsor deportivo y no quería perder la oportunidad de tomarlo, pero para eso iba a tener que sacrificar algunos días de su tiempo con Isa.

Andrés no quería hacerlo pero tampoco quería perder la oportunidad de oro, de tener lo suficiente para asegurar de una vez y por todas el futuro de su pequeña hija.

 

Insistió en no llamarla más. No iba a arriesgarse a perder esa oportunidad así que decidió llamar a su madre para pedirle el favor de cuidar a la niña y con eso arregló su parte. Estaba ansioso por comenzar su trabajo y su noche de insomnio un día antes del evento así lo demostró.

El gran día llegó y se despidió de su hija con un abrazo y un gran beso. Con su madre hizo lo mismo y salió de Barcelona rumbo a Madrid en el primer vuelo a Barajas que encontró. La empresa detrás de su contrato millonario era madrileña así que fue ese el motivo por el cual tendría que hacer ese viaje a la capital. El centro de eventos era un polideportivo de alto rendimiento dónde también entrenaban los deportistas de élite que representaban a España en los Juegos Olímpicos.

Andrés se presentó con Alfonso Goic que estaba encantado de tenerlo entre sus filas y comenzó el ajetreo normal de eventos como ese. El ex tenista había tenido que pasar su día entre maquilladores, estilistas y fotógrafos que lo retrataron entre pose y pose para darle notoriedad al polideportivo junto con un spot publicitario que lo coronaba todo. Entre toma y toma decidió que tenía que ir al aseo y se disculpó con los asistentes que lo ayudaban para estar listo y les dijo que volvería pronto.

El director del evento dijo que todos podían tomar un descanso de diez minutos y todos los trabajadores se dispersaron.

Andrés casi corrió a los aseos para caballeros del polideportivo y se encerró en el último de los compartimientos de los aseos de varones, hizo lo suyo e iba a tirar de la cadena cuando supo que habían entrado otros hombres al aseo. No pudo verlos directamente, pero sí que había reconocido las voces y se dio cuenta que uno de esos hombres era uno de los empresarios más famosos del mundo deportivo, José María Lazarte y el otro era su representante, Alfonzo Goic.

– Es que la hicimos de oro tío – Lazarte se mofaba con una sonrisa burlona mirando a su interlocutor – Que Cañizares haya aceptado firmar ese contrato millonario nos ha llevado a la cumbre y estoy seguro que el alto mando estaría orgulloso de ello.

Goic que escuchaba hablar a su amigo no lo estaba pasando bien. Desde el día de la reunión en el restaurante barcelonés dónde hablaron del acuerdo, nunca más se sintió cómodo con Lazarte ni mucho menos seguro estar a su lado. Todavía recordaba que el hombre le había hablado de la Burundanga y los tratos que tenía con narcotraficantes de alta gama de Cataluña. Se sentía horrible de saber que había aceptado tratar con ese tipo de gente y lo peor, haber arrastrado a su representado a tal entuerto.

– Lo dices cómo si no hubiese pasado nada hombre – se quejó Goic – Cómo si no estuvieses hablando de que detrás de todo esto hay droga involucrada, la mafia catalana y ni hablar de que me drogaste para aceptar tal acuerdo.

A Lazarte le cambió el gesto del rostro. Había borrado la sonrisa para transformarla en un ceño fruncido y una mirada acerada. Luego de acabar lo suyo vigiló los compartimientos para ver si había alguien más en el aseo y no vio a nadie. Se acercó a su homólogo y le encaró amenazándolo en un susurro peligroso.

– Calla la puta boca Goic – espetó con rabia – Creo que tú y yo estamos de acuerdo en que es mejor dejar todo esto tranquilo y no agitar las aguas….

– Pero yo no-

– Tú nada cabrón, tú nada – siguió con su amenaza – Los contratos están firmados y los jefes están contentos, aquí no ha pasado nada y tú no sabes nada, ¿Quedó claro?

– Yo no-

– ¡¿Te quedó claro?! – insistió Lazarte con brusquedad y vehemencia esta vez amenazando a Goic con una pistola que estaba apuntando al joven rubio por el costado. Lazarte esperó hasta que vio a Goic asentir en silencio y guardó su pistola en el cinto ocultándola con su saco. – Me alegro mucho que estemos de acuerdo tío – volvió a sonreír – Porque de lo contrario no me extrañaría nada que aparecieran en vuestra casa unos señores que te dejarán el cuento mucho más claro y créeme hombre, eso no le conviene ni a ti ni a tu querida familia por qué ¿Cuántos meses de embarazo tiene ya Lorena? ¿Cinco? Y es vuestro primer hijo ¿verdad?

– ¡Con mi familia no cabrón! – Goic no iba a dejar que su trabajo afectase a su familia – ¡Con mi familia no te metas!

– Bien, entonces si no quieres que tu linda familia salga perjudicada en todo esto… – amenazó – Te callas la puta boca y no pasará nada, ¿Estamos claros?

– Si… lo que tú digas… – Goic se rindió – Lo que tú digas….

– Así me gusta hombre – alabó con una sonrisa burlesca – Inteligente. Y ahora, será mejor que busques a tu gallinita de los huevos de oro que tenemos que terminar pronto con este jodido circo.

Lazarte salió del aseo dejando a Goic supuestamente solo y el joven de cabello rubio pudo respirar con tranquilidad. Estaba metido hasta cuello en un lío monumental que afectaba a mucha gente y no sabía cómo salir de eso. Fue peor cuando de pronto sintió un ruido en uno de los compartimientos del aseo y de él salió Andrés Cañizares que en ese momento estaba pálido como un fantasma luego de oír la charla entre los dos hombres. Se había escondido arriba del inodoro para no ser visto por Lazarte y lo consiguió por los pelos concentrándose en no respirar con fuerza y templando los nervios igual que hacía antes de salir a la cancha a disputar algún torneo. Esa templanza lo salvó, pero ahora ya no sabía hasta qué grado luego de ser testigo de tremendo embrollo.

– ¡Joder! ¡Me cago en la puta! – se quejó Goic con nerviosismo al ver a su representado – ¡¿Cómo coños has podido esconderte aquí?!

– ¿Es cierto? – Cañizares no estaba de humor para responder preguntas – ¿Es cierto lo que ha dicho Lazarte? ¡Respóndeme coño! ¿Es cierto que detrás de todo esto está la mafia catalana? ¿De este contrato?

– ¡Sí! – respondió Goic abrumado – Sí tío, todo lo que oíste en la conversación es cierto y estoy metido hasta los huevos en este jodido lío.

– Tenemos que denunciarlo Alfonso – instó Cañizares con seriedad – Tenemos que denunciar todo esto con la policía lo antes posible.

– ¡¿Es que tú estás loco tío?! – se quejó Goic sin poder creerse lo que le decía su amigo – ¡Estamos hablando de mafia hombre! Estamos hablando de sicarios a los que no les importaría volarte la cabeza si creen que estás estorbando en su negocio, ¡Es demasiado peligroso! Ese mismo cabrón de Lazarte me amenazó con una pistola si decía nada y no pienso correr ese riesgo, no con mi familia detrás y estoy seguro que tú tampoco deberías tío. Tampoco deberías, porque también tienes en quién pensar.

Cañizares supo que Goic estaba en lo cierto. No podía arriesgar la integridad de su familia, la vida de su hija. Pero al mismo tiempo en ella era en quién pensaba cuando tomó la decisión de seguirle la corriente a su representante al decirle que se quedaría callado. La conversación entre ambos quedó allí y el resto del día terminó con la grabación del último spot de inauguración del polideportivo. Al ex tenista le pagaron el contrato con el dinero que le habían estipulado y regresó a Barcelona junto a su hija con un gran sentimiento de culpa.

Mientras estaba en su estudio esa misma noche lo decidió. Sabía que el dinero que había ganado estaba sucio y tampoco se iba a arriesgar a que le acusaran de estafa si el jueguito de Lazarte se derrumbaba. Cañizares no tomaría ese dinero. Lo guardó en una caja fuerte y redactó una carta con todo lo que había escuchado ese día en el aseo de varones y llamó a la policía catalana denunciando todo lo que sabía.

La policía catalana supo que el chivatazo del tenista había abierto una nueva arista en la investigación sobre bandas delictuales en Barcelona y no dudó en llamar a Cañizares a declarar. El hombre lo hizo sin decirle nada a nadie y siguió con su vida normal después que la policía le asegurase que su nombre no saldría expuesto en su investigación.

A la semana siguiente comenzó la pesadilla para el ex tenista. Empezó con la extraña sensación de que lo seguían a todas partes. Luego llamadas extrañas le llegaban al móvil dónde el interlocutor simplemente cortaba la comunicación cuando él contestaba y acabó con un mensaje que le decía que estaban pendientes de él, que le conocían.

Supo entonces que estaba en peligro y decidió llevarse a su hija consigo y mandar a su familia de viaje al extranjero. Todo sin contarle nada a nadie a pesar de que su madre y Pepa quisieron saber qué le ocurría.

La policía catalana lo custodiaba. Le habían dado un piso franco en Madrid y se quedó en él hasta que tuvo que salir de improvisto cuando recibió una llamada inquietante.

Tenemos a tu hija – dijo una voz masculina de acento catalán – Si no vienes al polígono industrial de Junqueras en media hora, puedes ir despidiéndote de ella Cañizares, tienes media hora….

Cañizares intuía que podría ser una trampa pero Pepa no sabía nada de lo que estaba pasando y tampoco tenía permitido llamarla. Así que eso fue lo que hizo aquella tarde. Salió del piso franco eludiendo a la guardia que lo custodiaba con un pedido de compras y encerrando en el baño a otro de los guardias después de noquearlo y apenas estuvo a solas, salió del piso donde estaba escondido robándose un auto del estacionamiento. Era lo suficientemente tarde para que nadie lo descubriera y se amparó en la oscuridad para ir a rescatar a su hija….

 

Horas después esa misma noche en la mansión de Pepa, la morena fue despertada por una llamada a su móvil que también había despertado a Silvia.

– ¿Quién llama? – preguntó la modelo con voz somnolienta al mismo tiempo que miraba el despertador que indicaba que eran las cuatro de la mañana.

– ¿Estoy hablando con la señora María José Miranda? – una voz masculina preguntó a su vez a lo que Pepa asintió – Buenas noches, espere en línea por favor – el hombre indicó y Pepa esperó a que la otra vez le contestaran. Quién lo hizo fue Paco y luego de saludarla le pidió que fuera urgente a comisaría.

– ¿Qué ha pasado? – esta vez la voz de Pepa sonaba preocupada y miró a Silvia que sólo le acarició la espalda – ¿Por qué tengo que ir?

– No quisiera hablar de esto por teléfono Pepa – se disculpó el comisario con un dejo de tristeza – es mejor que venga usted personal-

– No voy a quedar con la incertidumbre señor comisario – la voz de la modelo era más urgente – No iré antes de que me diga lo que está pasando.

– Es… está bien – suspiró el hombre con nerviosismo – se trata de su ex marido….

– ¿Qué ha pasado con Andrés? – quiso saber Pepa mucho más nerviosa que antes – ¿Dónde está?

– Su ex marido… – Paco odiaba dar este tipo de noticias – Su ex marido ha sufrido un accidente automovilístico – explicó por fin – Lo siento mucho Pepa pero Andrés Cañizares está muerto….